martes, 20 de mayo de 2014

Un paseo a caballo

La equinoterapia ayuda a personas con capacidades especiales. Quienes por medio de ejercicios en el caballo, aprenden a desarrollarse física, social y psicológicamente.
En una mañana soleada, visité la Fundación Amor y Energía (Am-En), ubicada en Tumbaco. Ésta fundación logra sacar sonrisas de varios niños, adolescentes y adultos con capacidades especiales. Pero sobre todo, ofrecen esperanza a padres que traen a sus hijos a la hipoterapia
Algunos padres montan con sus hijos, pero son muchos los que llegan, se sientan y ven a sus hijos trayectar en un cuadrado. Ellos a diferencia de sus hijos, sí notan sus avances. Ese es el caso de Carolina Chicaiza, madre de Eimi, de dos años, quien tiene parálisis cerebral leve. ‘’Ha hecho terapia seis meses(...) ahora mi hija puede caminar y es mas sociable", comentó.

Debo admitir que esperaba encontrarme con un ambiente triste con esperanzas bajas, pero me equivoqué. La dueña del lugar, Heidy Páliz, ayudantes, padres y pacientes tenían pensamientos o acciones positivas. Debe ser por la milagrosa rehabilitación que brindan los caballos. Como la historia real de un niño que cambió la fundación por el colegio. ‘’El cambio se ve inmediatamente en los pacientes. Uno de ellos, Andy, cuando llegó a los 4 años, no podía caminar y hablar. Ni siquiera podía levantar la cabeza. Actualmente ya no esta aquí, va a clases en un colegio normal’’, relató Páliz.

Son varias las historias que sorprenden y varios son los momentos que conmueven mi visita. Al medio día llegan tres pacientes adultos, también con parálisis cerebral. Emocionas se saludan una con otra, se sientan en la misma banca, junto a su cuidadora, y esperan su turno para montar el caballo. Una de ellas, Gaby, grita al hablar, Renata se enoja por eso y Paula trata de evitar peleas. Éste ambiente tenso cambia cuando Gaby y Renata regresan de su paseo a caballo. Ahora sólo se ven sonrisas, nadie se frustra. Las tres se juntan para conversar tranquilamente. Todo se debe a la hipoterapia, pues ayuda a tratar problemas conductuales, de desconfianza, miedo, nerviosismo, impulsos agresivos, hiperactividad, etc. Así mismo, éste tratamiento fortalece la concentración y la confianza para socializar.

Renata, Gaby . Paula y su cuidadora esperando turno para montar en el caballo.

Me acerco a ellas, con un poco de recelo, para hablar. Todo, culpa de mis prejuicios. Pienso que no podré establecer contacto con ellas, pero de nuevo me equivoco. Me doy cuenta que son chicas inteligentes, pues entienden todo lo que les digo y pregunto.

Conversando con Paula

No se necesita montar en caballo para subirse en el mismo viaje. Basta visitarlos para empaparnos de enseñazas y contagiarnos de sus esperanzas. Deseaba quedarme más tiempo en aquel "paseo", pero era hora de partir. Paula no quiere que me vaya, pero lo acepta y se despide sincera y cariñosamente.


Heidy Páliz relata como nació la iniciativa de la fundación 'AM-En'

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